Benicàssim, del 18 al 21 de julio de 2019.

Fotos: Pau Bellido / Adrián Morote / jotamartinezphoto.es

La llegada a Benicassim por la nacional 340 con la música del escenario principal escuchándose desde Castellón ya anticipa la proximidad de la recompensa que está por venir, o no, porque en esta ocasión el escenario principal y el secundario, Radio 3 y Thunder Bitch en adelante, lucían apagados y así permanecieron durante toda la noche del Jueves. Esto le dio a la jornada inaugural un aire triste y raro. Daba la misma sensación que cuando pasas a esas tiendas de barrio que abren pero a medio gas, solo con el dueño y un par de lucecillas para no hacer gasto…

Pablo López

Redactor

MJ Santos

Redactora

Traducción: Solo 18.000 personas en el primer día de festival. En lado positivo, menos colas, más limpieza, un césped impoluto, más control y organización. Entre las novedades de este año destacaba la utilización de vasos reciclables y la colocación del tercer escenario (Carrefour), en el extremo más al noroeste del recinto, donde antes estaba la pool party.

Allí abrieron el festival los locales Novio Caballo a eso de las 19.40. Les siguieron Fontaines D.C., y Marina, pero sin duda, el grupo que todos esperaban era Kodaline. Los irlandeses presentaron el mismo set list que tocarían al día siguiente en Oporto con “Ready” al principio y la archiversionada “All I Want” en versión acústica pero cañera junto a “High Hopes”, al final, como platos fuertes. El cantante Steve Garrigan carga con gusto con gran parte del peso de la banda: guitarras, piano, mandolina…todo lo que se le pusiera por delante. A pesar de que muchos les tachan de excesivamente edulcorados, sonaron muy solventes e hicieron disfrutar a la gente con sus estribillos, que al final, es de lo que se trata.

Foto: Pau Bellido

Foto: Adrián Morote

Los más valientes se quedaron esperando a Fatboy Slim, programado de 2 a 3.30 de la mañana. Nosotros tan solo escuchamos la pinchada de la chiller Rocío Sainz. Grandes éxitos de hoy y de siempre que incluían desde Cher a Franco Battiato pasando por el mejor pop inglés de los 80.

Especialmente exigente resultó la jornada del Viernes, (24.000 asistentes), que comenzaría con The Hunna y terminaría con Lana del Rey a eso de las 3 de la mañana. Los primeros hicieron enloquecer al público del escenario principal con su rock sin complejos plasmado brillantemente en temas como “We could be” o “She´s casual”. Mucha guitarra y muchísima adrenalina corriendo por las venas de esta banda tan joven que solo el tiempo dirá en qué acaban convirtiéndose. Entre los que son ya toda una realidad se encuentran Gerry Cinnamon y The 1975. Tiene un rollo raro Cinnamon, con su gorrilla de pescador y su guitarra de cantautor callejero, de difícil encaje en nuestro país, aunque lo mismo pensarán fuera al ver el show imposible de Monterrosa, al mismo tiempo en el escenario Thunder Bitch. De The 1975 no podemos decir mucho más de lo que ya se ha dicho o se ha escrito. Quizá todo demasiado medido, demasiado “perfecto” para nuestro gusto. Cuando todo está tan calculado tu espectáculo puede correr también el riesgo de convertirse tan solo en una sucesión de hits.

Foto: Pau Bellido

Foto: Pau Bellido

Y por fin llegó la diva, Lana del Rey eso sí, con media hora de retraso. Media hora de retraso a las 9 de la tarde te incomoda pero media hora a la 1 de la madrugada hace que finalmente tu show empiece demasiado tarde y eso es especialmente peligroso para una artista que no se caracteriza precisamente pon enfervorizar multitudes. Palmeras de atrezo, tumbonas y dos columpios infinitos que pendían de lo más alto del escenario trataban de llevarte a la California de los años 70. Ella con un vestidito playero y esa languidez que poco a poco lo fue invadiendo todo. A las tres de la mañana era lexatín en vena. Terminó su actuación con un baño de multitudes de 10 minutos durante el que firmó cualquier tipo de objeto o  parte del cuerpo que le pusieran por delante mientras se hacía selfies con todo el que estuviera en primera fila.

Entre tanto “Summertime Sadness”,”Blue jeans”,”Young and Beautiful” o “Videogames”; todo con un sonido muy prefabricado que si no rozó el playback le faltó poco.

Durante la tarde del Sábado se libró un curioso combate entre dos de los grupos nacionales con más peso en este FIB: Belako y Carolina Durante. Belako comenzó media hora antes con la vitola de los preferidos del director Melvin Benn, por supuesto estuvieron a la altura, pero tuvieron que sucumbir al tirón de los madrileños que con himnos como “Joder, no sé”, “Cayetano” y “El Himno Titular” se metieron en el bolsillo al respetable a pesar de que el sonido era francamente mejorable. Sus letras contestatarias funcionan. Funcionan entre el público más joven que se identifica con ellos y funcionan también con un público más adulto que les acoge con simpatía porque ve reflejados en ellos a otros grupos, no necesariamente los Nikis , que ya pegaron en su momento con un estilo muy similar. Creo que es necesario un grupo como Carolina Durante en el panorama musical. Uno o varios, que pongan frente al espejo y que zarandeen a una sociedad adormecida que no dudan en poner patas arriba.

Foto: Pau Bellido

Foto: jotamartinezphoto.es

De Malasaña a Nashville y tiro porque me toca. Kings of Leon es uno de esos grupos que ha crecido a los pechos del FIB. Han formado parte de su cartel en cuatro ocasiones y los asistentes hemos podido ir testando sus evolución entre una y otra hasta convertirse en lo que ahora son. Una banda completamente madura capaz de llenar plenamente la noche del Sábado con una puesta en escena muy austera que te hace centrarte más si cabe en sus canciones. Vamos lo contrario que Lana del Rey. Los americanos incendiaron la explanada en varias ocasiones, sobre todo con “Use Somebody” y “Sex on fire” y la gente, alrededor de 30.000, que botó y vibró durante más de una hora se marchó satisfecha y no demasiado tarde.

La última de las jornadas festivaleras, la afrontamos el Domingo con la misma sensación de extrañeza que sentimos el Jueves al llegar a Benicassim. No existió la tradicional rueda de prensa de Clausura que hacía balance del evento y Melvin Benn, (el gurú de todo esto), apenas se había dejado ver por el recinto. A pesar de que actuaban uno de sus grupos favoritos, los escoceses Franz Ferdinand, no en vano era la quinta vez que actuaban en Castellón. A mí Franz Ferdinand nunca me han defraudado. Son un valor seguro. Además su cantante Alex Kapranos tiene una conexión muy especial con el festival. De hecho fue uno de los pocos bajó a la arena de la zona vip a tomarse algo y compartir un momento con una legión de seguidores que no dejaban de pedirle que se fotografiara con ellos. Anteriormente, su conciertazo había dejado una imagen curiosa, casi treintamil almas en cuclillas cantando juntas “This fire”. También hicieron las delicias del respetable “Do you want to?” y por supuesto “Take me out”. Lo dicho, una apuesta segura.

Foto: Pau Bellido

Foto: Pau Bellido

Igual de segura que Vetusta Morla. En un mundo dominado por Ingleses, Escoceses, Irlandeses, o Estadounidenses da cierto orgullo patrio ver como unos chicos de Trescantos toman las riendas. Así lo hicieron el Domingo en el escenario Radio 3 para clausurar la vigesimoquinta edición del festival internacional de Beenicassim. Se había anunciado un concierto único en el que repasarían los temas de “Un día en el mundo” y verdaderamente lo fue. Solo se permitieron un par de licencias: Tocar un par de temas con su actual productor a la guitarra y la bajada de Pucho mezclándose entre el público y cantando desde la torre de sonido para mayor gloria de los chicos de seguridad que le seguían desconcertados. Hace mucho que Vetusta Morla se instaló entre lo más selecto del panorama nacional y lo han hecho a base de trabajo. Su sonido denota las muchas horas de estudio que llevan a sus espaldas y los muchos festivales que han recorrido.

El FIB 2019 no fue uno más. Fue el festival de la incertidumbre. Al día siguiente de su clausura ya había rumores de la venta de la marca al grupo “ The Music Republic” que organiza entre otros el Arenal Sound. La dirección del festival por parte de Melvin Benn durante estos últimos años ha estado marcada por los ajustes que es la forma eufemística que tienen los políticos para referirse a los recortes. ¿Hacia dónde caminará en adelante?, nadie lo sabe. Yo espero que recupere su esencia en lo musical y que mantenga y mejore infraestructuras de la mano de un ayuntamiento que acaba de adquirir los terrenos para su explotación durante todo el año. Solo así sobrevivirá con un Mad Cool creciendo cada año y en un mercado tremendamente competitivo como es éste. Al final el cartel manda y la gente se lo piensa muy mucho a la hora de poner su fichas en un tablero o en otro.