SERIE DEL MES DE OCTUBRE DE 2019

Esta es una de esas ocasiones en las que el título de una serie pierde cierto sentido al traducirlo. Nuestra serie del mes ha aparecido en el catálogo de Netflix como Creedme, como si la protagonista de la historia estuviera pidiendo a gritos que alguien hubiera confiado en ella cuando todo ocurrió. El título original es Unbelievable, increíble, obviamente mucho más acertado. Increíble es lo que sucede a nuestra protagonista, increíble es lo que sucede a todas las protagonistas de la historia, increíble es que siga y siga sucediendo a diario en cualquier lugar, e increíble es que esta serie esté a caballo entre ficción y true crime, porque está basada en hechos reales. 

Borja Peinado

Borja Peinado

Redactor

Marie Adler fue violada por un extraño asaltante en su propia casa, prácticamente nadie le creyó, ni policía ni entorno. Lo sucedido puede parecer incomprensible, bien porque pasó hace más de 10 años o bien porque es sencillamente ridículo que se siga dudando de la víctima una y otra vez. 

En otro estado, en otro momento, las detectives Karen Duvall y Grace Rasmussen empiezan a encontrar posibles vínculos entre violaciones de distintos lugares. 

La serie comienza a fragmentarse en dos planos temporales distintos, como ya hizo hace años True Detective, y no solo sale airosa de ese ejercicio, sino que que lo hace de forma magnífica, apoyada en un buen montaje y una escritura muy muy cuidada, tanto en términos de estructura como de desarrollo de personajes.

Teniendo en cuenta que hay muchos aspectos en los que veremos similitudes entre Creedme y True Detective, en mi opinión, la primera no tiene nada que envidiar a la segunda. La virtud de Creedme es que no necesita de la estética y de, en algunos momentos, pomposidad de TD para llegar a lugares muy similares. En ningún momento vemos a las dos detectives soltar grandes discursos para mostrar sus demonios, pero sí que los intuimos, encerrados dentro de esta sociedad patriarcal en la que vivimos. 

Pensando en todo el Hype que TD consiguió generar al ser emitida semanalmente, podemos plantearnos de nuevo el eterno debate entre el formato binge y el cuenta gotas. Un claro ejemplo lo hemos tenido en los últimos meses con Chernobyl, estoy convencido de que una serie como esta habría pasado mucho más desapercibida de haber aparecido colgada entera en cualquier catálogo. Algo así sucede con Creedme, creo que no está generando la repercusión que habría tenido si la hubiéramos consumido semana a semana.

Toca hablar de otro aspecto clave de la serie, las tres protagonistas. En una línea temporal, Kaitlyn Dever es Marie Adler. Este verano vimos a esta joven actriz protagonizando una de las cintas del año, Booksmart, una comedia tan inteligente como sorprendente. Esta vez lo borda en el drama, con un personaje contenido y vulnerable. En la contención destaca también otra de las actrices principales, Merritt Wever, a quien ya vimos brillar en el western Godless, también de Netflix. Wever interpreta a Karen Duvall, una metódica, católica y empática detective que forma tándem con Rasmuseen, Toni Collette (Little Miss Sunshine), mucho más visceral e impulsiva. La química entre las dos actrices es otro de los atractivos de la serie, llegando incluso a destilar un sentido del humor muy sarcástico, que podría chirriarnos por la naturaleza del contexto en el que aflora, pero que en realidad le da un toque incluso más realista y humano.

Desde luego, hay que estar preparado para sufrir mucho acompañando a Marie Adler en este camino tortuoso, pero es cierto que la trama policíaca hace de la serie un producto que engancha, a pesar de la gravedad de los casos que se van descubriendo. Es de agradecer la sensibilidad con la que las agresiones están escritas y rodadas, sin caer en el sensacionalismo, pero también sin perder la crudeza que nos hará estremecernos. Los 8 capítulos de esta miniserie de Netflix pasarán volando entre la indignación, la rabia y la vergüenza que debemos sentir como sociedad ante esta y muchas más historias demasiado reales.