Madrid, 9 de enero de 2018. Sala El Sol

Me resultó inevitable tener la referencia de “Dover” cuando me puse a escuchar “Sunrise”, el primer disco de “New Day” banda formada por Amparo Llanos (guitarrista, co-fundadora y compositora de “Dover”) a la guitarra y la voz, Samuel Titos (ex-Dover) al bajo y los coros y Jota Armijos (ex-Fuckaine) a la batería. Después de haber escuchado en modo “loop” el “Devil Came to me” cuando fue publicado y haberme ido desconectando un poco de la banda a medida que su música dio un giro hacia otro estilo que no me “toca” tanto, me preguntaba si el nombre de la nueva banda (como esperaba) había sido elegido cuidadosamente para transmitir la idea de que comenzaba una nueva etapa.

Jaime Lahoz

Jaime Lahoz

Redactor y Photo

Tras la primera escucha no me quedó duda de que más que un nombre, es una declaración de intenciones y, según explicó veladamente Amparo Llanos en el concierto de la Sala Sol, el giro musical que ha dado a su obra está estrechamente relacionado con sus emociones y etapa vital. El escenario es muy duro, y dar el paso adelante hasta el micrófono es un acto de valentía que también transmite el mensaje sobre el momento de cambio en el que se encuentra Amparo, algo que también se filtra en las letras e incluso en los arreglos del disco. ¡Bravo Amparo!.

“Sunrise”, tema que da nombre al album, es una de las canciones que más me han gustado de las que he escuchado en mucho tiempo (y os aseguro que no son pocas). “Say yeah” me parece un temazo y me encanta su tinte gospel. El estribillo de “Jupiter and the farmer”, en el que se repite una y otra vez “I´m free to do what i want” me parece el epicentro del mensaje del album y la sencillez y potencia de “Painting in the sky” son casi un alarde de como hacer con cuatro acordes una canción redonda que de las que escuchas una y otra vez. Es un disco que hay que escuchar y que va directamente a la “play-list”. El talento de la señora Llanos para hilar melodías creo que pasa un poco desapercibido en el panorama actual, y espero que se le reconozca el mérito antes o después.

Con todo esto en la cabeza cuando llegué a la sala Sol me sorprendió ver que el escenario estaba preparado para tocar en trío (guitarra, bajo y batería) porque en muchas de las canciones de “Sunrise” los teclados tienen un papel bastante importante , además de que en su mayoría los temas tienen infinidad de arreglos imposibles de defender por un trío. Pensé que la opción era hacer una versión más cruda de los temas, pero para mi decepción “New Day” optó por el uso de secuencias, algo de lo que no soy demasiado fan. Me imagino que aumentar el tamaño de una banda también aumenta la complicación del directo y por supuesto los costes y que dadas las condiciones en las que deben trabajar los músicos todo esto es una parte importante de la viabilidad de un proyecto… pero como espectador no puedo negar me llevé un pequeño chasco. Además en ocasiones tuve la sensación de que no estaban sonando demasiado empastados, lo que dificulta conectarte con ese tema que te encanta, que has escuchado “enlatado” y que estás deseando oír con la emoción vibrante de los dedos que la interpretan. 

Felicito a “New Day” por “Sunrise”, un disco que me ha gustado y que recomiendo tanto escucharlo detenidamente como empaparse de las letras. En cuanto tenga la ocasión volveré a verles en directo, sin duda los kilómetros tendrán su efecto sobre la contundencia de los temas en directo y mi intención es prestarles toda mi atención para disfrutarlos.