“Seres pictóricos en contextos botánicos”
Una exposición de Laura Cano y Álex F. Banegas
La exposición es un recorrido de los nueve retratos que ha realizado Laura Cano durante dos años reinterpretados por el universo vegetal de Alex F. Banegas.
No queríamos que fuese una exposición estática, sino que el mundo vegetal interactuase con el cuadro. Como los retratos alegóricos de Arcimboldo pero manteniendo cada parte, humana y vegetal, con su identidad diferenciada. El óleo convive con el universo gemelo que se ha creado a su alrededor de una forma integradora. Los seres pictóricos cohabitan con sus gemelos en paisajes botánicos, complementándolos y sin invadir al otro.
A Laura le apasiona el retrato; “No solamente se retratan las pieles que tienen infinidad de matices, texturas y colores, sino que hay que retratar lo que hay debajo y a la vez plasmar en la pintura lo que está sintiendo el personaje. Los retratados trascienden los límites del cuadro por eso los hemos denominado seres pictóricos. Alejandro F. Banegas cruza la difusa frontera del diseño (en este caso floral) prolongando de una manera artística la obra pictórica de Laura Cano. Alex no busca recrear al referente sino conseguir que sea prácticamente un equivalente al original. Para realizar esta traducción Alex utiliza elementos vegetales; lentejuelas que se convierten en lunarias, el pájaro posado en el hombro de la niña acaba de abandonar un nido, las jaretas de una blusa se pliegan como las hojas de un palmito y las ondulaciones de una gorguera recuerdan a las copas Medici y a las calabazas.
Semejanzas que dialogan desde dos mundos plásticos distintos para hablar de uno solo.
Laura Cano
Bilbao
Nacida en el norte se mudó con 8 años a Sevilla. Cuando le preguntaban qué quería ser de mayor siempre decía lo mismo: “Pintora o escritora”.
Un fin de semana su tío Miguel le enseñó a dibujar coches y el lunes se presentó a toda la clase para un concurso de Dibujo de la DGT. Hizo dos rayas simulando las carreteras y llenó el folio con decenas de los extraños vehículos del tío Miguel. Todos de frente, sin perspectiva alguna… Ganó el concurso y su primera cámara de fotos. Ahí nació su pasión también por la fotografía.
Licenciada en Geografía e Historia terminó la carrera en UCL y por las tardes se apuntó a un Curso de Diseño Gráfico en la Saint Martins de aquel Londres de los 90, sin saber siquiera qué era aquella escuela.
Hace dos años retomó su interés artístico en unas clases de pintura con Alejandro Decinti en Madrid: “Me enseñaron la
técnica de la grisalla y empecé a pintar retratos basándome en fotografías que le gustaban hasta que decidí hacerlas yo misma y elegir a aquellas personas que me transmitiesen eso que yo busco al pintar. Busco retratar la inocencia, por eso prefiero a los niños. Me apasiona el folclore, el claroscuro y la época dorada holandesa. Pinto como antiguamente e incluso tengo algunos colores producidos como antaño ya sea el lapislázuli de Afganistán o el Rojo Bermellón de China”
Compatibilizando su puesto en la Universidad de Stanford, también colabora con AD y Traveler por lo que “creo que ya puedo decir que escribo y pinto.”
Alejandro F. Banegas
Ciudad Real
Licenciado en Bellas Artes en el entorno vanguardista de la Facultad de Bellas Artes de Cuenca, desde el principio de su carrera profesional salta al terreno del diseño, trabajando como escaparatista y visual merchandiser para Zara Home o Isolée.
En Madrid se forma en Diseño de Interiores en la Escuela Superior de Diseño de Madrid, mientras, desarrolla proyectos florales para diversos clientes y espacios como el Ayuntamiento de Madrid, hasta adentrarse de lleno en este ámbito de la mano de Elisabeth Blumen. Seguidamente ha sido florista en Loewe Flores y actualmente ejerce como tal en Brumalis. Algunos de sus trabajos florales y atrezzos han aparecido en diversos medios como las revistas AD España o L’uomo Vogue Italia.
“Mi trabajo se basa en una interacción constante con el espacio. He crecido en un entorno en contacto directo con la naturaleza que ha suscitado en mí la necesidad de apropiármela, interpretarla y enmarcarla de manera acorde a mi sensibilidad. Vengo de un mundo agrario donde la vida y las ideas transcurren dentro de lo pragmático, incluido el concepto de belleza, por lo que, si bien mi formación es eminentemente artística, tengo una predilección natural hacia el “arte aplicado”, que me ha permitido domesticar el mundo que me rodeaba, ya fuera bajo un techo, en el perímetro de un escaparate o en el hueco de un jarrón, siempre acotado a un espacio que le pusiera límites al campo”.